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“La salud no lo es todo, pero sin ella, todo lo demás no es nada”

– Arthur Schopenhauer

Hipertensión Arterial: “La asesina silenciosa”

Presión arterial

¿Qué es la Hipertensión Arterial?

La hipertensión arterial (HTA), también conocida como presión arterial alta, es una enfermedad crónica en la que la fuerza de la sangre contra las paredes de las arterias se mantiene elevada de forma persistente y puede aparecer en todas las edades, siendo más común a medida que aumenta la edad de una persona. Clásicamente, se considera hipertensión cuando los valores de presión arterial son iguales o superiores a 140/90 mmHg en mediciones realizadas en diferentes momentos. Este valor puede variar según si la toma es realizada en consultorio médico o en el domicilio de la persona.

Riesgos de la Hipertensión Arterial

Síntomas a Corto Plazo

  • Dolor de cabeza
  • Visión borrosao alteraciones visuales: consecuencia de daño en los vasos sanguíneos de la retina.
  • Dificultad para respirar: puede ser un signo de alarma de aparición de falla cardíaca aguda.
  • Dolor en el pecho: puede ser un signo de alarma de infarto de miocardio.
  • Crisis hipertensivas: aumentos extremos de la presión arterial que pueden causar daño de órganos de forma aguda, como encefalopatía hipertensiva.

Síntomas a Mediano Plazo

  • Enfermedad renal crónica: la presión alta daña los pequeños vasos sanguíneos de los riñones, afectando su capacidad para filtrar los “desechos”.
  • Hipertrofia del ventrículo izquierdo: el corazón debe trabajar más para bombear sangre, lo que provoca el engrosamiento de la pared muscular y un mayor riesgo de falla cardíaca.
  • Enfermedad arterial periférica: reducción del flujo sanguíneo hacia las extremidades, causando dolor al caminar y riesgo de úlceras e infecciones.

Síntomas a Largo Plazo

  • Accidente cerebrovascular (ACV): mayor riesgo de hemorragias cerebrales e infartos cerebrales debido al daño crónico en los vasos sanguíneos del cerebro.
  • Infarto de miocardio: la hipertensión acelera la arteriosclerosis, lo que puede obstruir las arterias coronarias.
  • Demencia vascular: deterioro cognitivo crónico asociado a un flujo sanguíneo cerebral deficiente.
  • Aneurismas: debilitamiento de las paredes arteriales que puede provocar rupturas fatales.

Prevención – Hábitos Saludables

  • Alimentación equilibrada: idealmente consumir 4-5 porciones diarias de frutas y verduras, granos integrales, disminuir el consumo de sal y grasas saturadas (provienen principalmente de los alimentos ultra procesados y empaquetados), y aumentar el consumo de comida real, hecha en casa, con aceites vegetales.
  • Reducción del consumo de sal: menos de 5 gramos al día, que es el equivalente a una cucharadita de sal repartida en todas las comidas del día.
  • Actividad física regular: al menos 150 minutos semanales de ejercicio moderado, como caminar rápido, nadar o andar en bicicleta.
  • Evitar alcohol en exceso: el daño demostrado inicia con el consumo de más de una copa al día en mujeres y más de dos en hombres.
  • No fumar: el tabaco aumenta la presión arterial y daña los vasos sanguíneos, contribuyendo exponencialmente al daño ya generado por la hipertensión arterial.
  • Manejo del estrés: técnicas de relajación como la meditación, respiración profunda o yoga.

Prevención – Control Médico

  • Monitoreo periódico de presión: todos debemos conocer nuestros valores de presión arterial, especialmente si existen antecedentes familiares de hipertensión, o si se han presentado ya cifras tensionales altas, diabetes mellitus, sobrepeso u obesidad, o hay consumo de cigarrillo. Beneficio: permite la detección temprana y el tratamiento oportuno.
  • Chequeos médicos regulares: para evaluar factores de riesgo como colesterol alto, diabetes y obesidad. Beneficio: previene complicaciones al identificar y tratar condiciones asociadas.
  • Adherencia al tratamiento: si ya ha sido diagnosticado con hipertensión, nunca suspenda la medicación sin indicación médica. Beneficio: controla la presión arterial y reduce el riesgo de eventos cardiovasculares.

Conclusión

La hipertensión arterial es una "asesina silenciosa", ya que puede no presentar síntomas hasta que ocurre un daño significativo en el organismo. Adoptar hábitos de vida saludables, realizar controles médicos regulares y seguir las recomendaciones de su médico son las mejores estrategias para prevenir y controlar esta enfermedad.


¡Su salud está en sus manos: cuídela cada día!

Maria Camila Gomez Contreras, Médica Internista, Especialista en Epidemiología Clínica.